Primera lectura: Eclo 48,1-14:
Elías fue arrebatado, y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu
Salmo: 97:
Alégrense, justos, con el Señor
Evangelio: Mt 6,7-15:
Ustedes oren así
11a Semana Ordinario Juan Francisco de Regis (1640)
8 No los imiten, pues el Padre de ustedes sabe lo que necesitan antes de que se lo pidan.
9 Ustedes oren así: “¡Padre nuestro que estás en el cielo! Santificado sea tu Nombre,
10 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo;
11 danos hoy nuestro pan de cada día,
12 perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
13 no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
14 Pues si perdonan a los demás las ofensas, su Padre del cielo los perdonará a ustedes,
15 pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes”».
El Padre Nuestro es el camino espiritual propuesto por Jesús para el encuentro con Dios. Reemplaza el temor hacia un Dios todopoderoso por la confianza en un Dios todo amor y misericordia. Jesús confronta la religión que sólo ve hacia el cielo e invita a vivir una espiritualidad horizontal que no sólo ubica a Dios entre nosotros, sino que nos compromete a amarlo en los hermanos y hermanas. A veces rezamos oraciones de memoria sin ser conscientes de lo que decimos. El Padre Nuestro resume la fe, la vida y la misión del discípulo, haciéndolo constructor del Reino de Dios que pedimos se haga presente en la historia. Se construye el Reino allí donde hay paz, justicia, derechos humanos, compromiso colectivo, etc. La causa de Dios no es ajena a los problemas de las personas: la necesidad de pan material, las enfermedades, la violencia, las tentaciones, el mal en todas sus formas. Dios sabe que podemos vivir de otra manera y que podemos hacer presente su amor. ¡Sé su testigo!