Primera lectura: Gén 9,1-13:
«Pondré mi arco en el cielo como señal de mi alianza»
Salmo: 102:
El Señor, desde el cielo, se ha fijado en la tierra
Evangelio: Mc 8,27-33:
«Tú eres el Mesías; el que va a padecer mucho»
6a Semana Ordinario Macario (390)
28 Le respondieron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que uno de los profetas».
29 Él les preguntó a ellos: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?». Respondió Pedro: «Tú eres el Mesías».
30 Entonces les ordenó que a nadie hablaran de esto.
31 Y empezó a explicarles que el Hijo del Hombre tenía que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los letrados, sufrir la muerte y después de tres días resucitar.
32 Les hablaba con franqueza. Pero Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderlo.
33 Mas él se volvió y, viendo a los discípulos, reprendió a Pedro: «¡Aléjate de mi vista, Satanás! Tus pensamientos son los de los hombres, no los de Dios».
Las personas ven en Jesús a un enviado de Dios, a un intermediario a través del cual Dios manifiesta su voluntad de construir el Reino en la historia. Pero Jesús recuerda a sus discípulos que el proyecto de Dios tiene consecuencias, y que entre las opciones está la posibilidad de entregar la vida por su causa. Pedro se asusta, y le dice a Jesús que no diga esas palabras, por lo que Jesús lo llama ‘satán’, queriendo decir ‘tropiezo’, ‘obstáculo’, y ‘adversario’. Pedro no es un ser maligno que busca tentar a Jesús, dado que la palabra ‘satán’, simplemente, era un término utilizado para hablar de cualquier persona que se opusiera al proyecto de Dios. Hoy podemos ver muchos “Satanás” en nuestra sociedad. Hombres, mujeres y grupos que, con su indiferencia, apatía y egoísmo boicotean la construcción del Reino. ¿Seremos uno de ellos?
“La Iglesia sabe muy bien que, a lo largo de la historia, surgen inevitablemente los conflictos y que frente a ellos… debe pronunciarse con coherencia y decisión” (FT 240).