Diario Bíblico en Español

11 de Enero del 2023

Primera lectura: Heb 2,14-18:
Dios lo hizo semejante a nosotros
Salmo: 105: 
El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Evangelio: Mc 1,29-39:
Sanó a varios enfermos

1a Semana Ordinario Teodosio (529)

29 Al salir Jesús de la sinagoga con Santiago y Juan, se dirigió a casa de Simón y Andrés.
30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo comunicaron inmediatamente.
31 Él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirlos.
32 Al atardecer, cuando se puso el sol, le llevaron toda clase de enfermos y endemoniados.
33 Toda la población se agolpaba a la puerta.
34 Él sanó a muchos enfermos de dolencias diversas y expulsó muchos demonios, pero a éstos no les permitía hablar, porque sabían quién era él.
35 Muy de madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado, donde estuvo orando.
36 Simón y sus compañeros salieron tras él
37 y, cuando lo alcanzaron, le dijeron: «Te están buscando todos».
38 Les respondió: «Vámonos de aquí a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues a eso he venido».
39 Y fue predicando y expulsando demonios en las sinagogas por toda la Galilea.
 
Comentario 

 

Marcos retrata un Jesús que recorre los pueblos seguido por multitudes que esperan con ansias una mano sanadora. ¡Qué pasaje tan significativo en una realidad de pandemia generalizada! El pasaje retrata a personas desesperadas, cansadas por la angustia, el dolor, el miedo a la muerte, la exclusión social y el malestar físico, buscando la gratuidad de la sanación divina. El recorrido por los pueblos y la atención a las gentes angustiadas retrata la realidad actual que vivimos, donde inmensas cantidades de personas caen enfermas en desesperación física y emocional, expectantes de segundas oportunidades que les devuelvan la esperanza de vida. De igual forma, hace eco de grupos de personas solidarias llevando medicamentos a quienes sufren malestar, pan, vestido y consuelo. ¿Podríamos vernos retratados en este grupo que no es indiferente? La vida entregada de Jesús nos recuerda el acto salvífico de Dios, que atiende con ternura y compasión a todas las personas y que nos llama a usar nuestras capacidades para traer alivio, descanso y consuelo a quienes aguardan expectantes.

“Si caminamos juntos, jóvenes y ancianos, podremos estar bien arraigados en el presente, frecuentar el pasado, aprender de la historia y sanar las heridas que a veces nos condicionan” (CV 199).