Primera lectura: 1Sm 1,9-20:
El Señor se acordó de Ana, y dio a luz a Samuel
Salmo: Interleccional 1Sm 2:
«Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador»
Evangelio: Mc 1,21-28:
¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús?
1a Semana Ordinario Teodosio (529)
22 La gente se asombraba de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, no como los letrados.
23 En aquella sinagoga había un hombre poseído por un espíritu inmundo,
24 que gritó: «¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Consagrado por Dios».
25 Jesús lo increpó: «Calla y sal de él».
26 El espíritu inmundo lo sacudió, dio un fuerte grito y salió de él.
27 Todos se llenaron de estupor y se preguntaban: «¿Qué significa esto? Es una enseñanza nueva, con autoridad. Hasta a los espíritus inmundos les da órdenes y le obedecen».
28 Su fama se divulgó rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
“Espíritus inmundos”, esterilidad, tristeza, angustia... en fin, tantos sufrimientos y sinsentidos de vida. Frente a todo ello siempre existe una esperanza: la presencia de Jesús como “libertador” en nuestra vida y en el mundo. Así como la oración de Ana fue escuchada, callando a quienes la rechazaban por la condición de esterilidad; así fue la expulsión de los “espíritus inmundos” en personas que parecían condenadas.
También en nosotros se puede producir uno de los más grandes milagros: la “metanoia”, o sea, una conversión profunda que nos ayude a ser tierra fértil y liberada. Nuestra fecundidad, por gracia de Dios, nos convierte en testigos capaces de animar a personas “estériles de vida”, de “espíritus dudosos”, de tristezas profundas o sinsentido.
¿Cuál es el requisito? Sencillamente, un corazón dispuesto a seguir a Jesús; no se trata de adoctrinamientos que en ocasiones detienen hermosas iniciativas del Reino; se trata de procesos reales de dignificación y libertad. Hay tantas personas esperando la alegría del Evangelio en este mundo deshumanizado. ¿De qué necesitas liberarte? ¡Sé tierra fecunda!