Diario Bíblico en Español

1 de Febrero del 2023

Primera lectura: Heb 12,4-7.11-15: 
Dios reprende a los que ama
Salmo: 103: 
La misericordia del Señor dura para siempre
Evangelio: Mc 6,1-6: 
A un profeta lo desprecian sólo en su patria

4a Semana Ordinario  Brígida de Irlanda (525)

1 Saliendo de allí, Jesús se dirigió a su ciudad acompañado de sus discípulos.
2 Un sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud que lo escuchaba comentaba asombrada: «¿De dónde saca éste todo eso? ¿Qué clase de sabiduría se le ha dado, que tamaños milagros realiza con sus manos?
3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago y José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?». Y esto era para ellos un obstáculo.
4 Jesús les decía: «A un profeta lo desprecian sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa».
5 Y no podía hacer allí ningún milagro, salvo unos pocos enfermos a quienes impuso las manos y curó.
6 Y se asombraba de su incredulidad. Después recorría las aldeas vecinas enseñando.
 
 
Comentario 

 

Una de las frases más conocidas de las enseñanzas de Jesús es aquella que afirma: «Nadie es profeta en su propia tierra». Decimos esta frase cuando nos sentimos ‘ninguneados/as’ por nuestras familias, amistades y conocidos, mientras que quienes nos valoran son extraños que no nos conocen pero que encuentran en nuestras acciones y palabras una fuente de alegría, sabiduría o esperanza. La que es hoy una de las principales religiones de la humanidad fue en su momento criticada y menospreciada. «¿No es este el carpintero?», preguntaron algunos. No supieron encontrar en lo cercano y lo familiar algo digno de valor, una manifestación del Reino. El proyecto del Reino nos recuerda que lo cotidiano, lo conocido, lo local, tiene el potencial de ser expresión de lo divino y un agente transformador de personas. ¡Que el Señor nos conceda ser testigos de su reino de justicia en nuestras relaciones más próximas!

“Los escritos de los profetas invitan a recobrar la fortaleza en los momentos difíciles contemplando al Dios poderoso que creó el universo” (LS 73).